Nuestra parroquia se prepara para recibir a un nuevo diácono: Fernando Araya
Nuestra parroquia se prepara para recibir a un nuevo diácono: Fernando Araya
10 Agosto, 2022 Los comentarios están deshabilitados en Nuestra parroquia se prepara para recibir a un nuevo diácono: Fernando ArayaEl próximo sábado 13 de agosto, nuestra parroquia celebrará la alegría en Cristo de contar con un nuevo diácono permanente: Fernando Araya Rodríguez.
Su ordenación, junto a la de otros cuatro nuevos diáconos de la diócesis porteña, se efectuará a las 10 horas, en la Iglesia Catedral de Valparaíso, día en que se celebrará la Fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir, en una eucaristía presidida por nuestro Obispo, monseñor Jorge Vega.
Fernando, ingeniero eléctrico de profesión, nació en Valparaíso. Es esposo de Laly Hontavilla, con quien lleva 41 años de feliz matrimonio. Conforman una hermosa familia integrada por sus hijos María Paulina, Fernando Osvaldo, María Paz y Pablo Andrés, y sus nietos Martina Ignacia, Alfonso León, Alicia Carolina y Gaspar Agustín.
Fernando y Laly , de vigorosa fe y compromiso con la Iglesia, participan de nuestra parroquia desde el año 1990, como catequista y servidor de la Eucaristía. Después de 32 años de vida como laico comprometido, en el año 2016, Fernando sintió el llamado del Señor a un camino de discernimiento, para consagrar su vida al Diaconado Permanente.
El domingo pasado, en la misa de mediodía en nuestro templo parroquial, Fernando realizó su Profesión de Fe y Juramento de Fidelidad a la Iglesia, como paso previo a su ordenación diaconal.
Junto con ello, el viernes 5 de agosto, la comunidad de la capilla Cuatro Evangelistas de Quilpué, realizó una Solemne Adoración al Santísimo pidiendo al Señor por sus necesidades y por el futuro Ministerio de Fernando.
En días previos a su Ordenación Diaconal, Fernando nos entrega algunas reflexiones:
– En este camino de servicio a la Iglesia, ¿Qué mensaje le entregas a la feligresía de nuestra parroquia?
“Me gustaría entregarles un mensaje de esperanza y de alegría, sobre todo en los tiempos de hoy, tiempos tan convulsionados, en que pareciera que todo pierde sentido, en que Dios está como ausente, precisamente en esos momentos, es cuando Dios siempre nos va a sorprender con su Buena Noticia.
La vida, queridos hermanos, es el don más maravillo que podemos tener, y estamos llamados a vivirla a concho, en forma jugada y comprometida, no importando la edad que tengas. Es precisamente, esta motivación la que me lleva a dar el SI al Señor en estos momentos de mi vida y también en esta, su Iglesia, que hoy se encuentra golpeada, triste y por qué no decirlo, silenciada.
Siento que el llamado al diaconado permanente, como nos lo pide el Papa Francisco a la Iglesia, está para vivirlo en salida, para llevar la compasión de Jesús, que es el fundamento para salir a las periferias. “Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados y Yo los haré descansar. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30).
Queridos hermanos, desde esta motivación, me gustaría invitarte a ti, padre de familia, que lees estas líneas, a que si sientes el llamado de Jesús a consagrar tu vida, para que el Reino de Dios sea una realidad, en la vida familiar, en la vida laboral y en la vida pastoral, le des tu SI al Señor, que tanto te necesita”.
-¿Cuál es el desafío que hoy te coloca la Iglesia como diácono permanente?
“Quizás, más que el desafío que la Iglesia me coloca como diácono permanente, yo diría, ¿cuál es el desafío que nos coloca el mundo a la Iglesia de hoy?, y desde ella como, diácono permanente, inserto en el mundo sin pertenecer a él (Jn 15,19).
Queridos hermanos, la modernidad del mundo de hoy muestra una cultura, que no necesita de Dios. Existe un modelo cultural globalizado, que no necesita de Dios. Lo anterior implica que en el mejor de los casos considera que Dios está para la intimidad, pero no para jugar el partido de la vida. La libertad del hombre y su madurez es incompatible con la obediencia a Dios.
En el mundo de hoy está imperando lo que llaman la ideología de “género” o la ideología del “deseo”. Es el deseo del hombre el que construye la vida. No es el hombre el que tiene que acoger una naturaleza o una verdad y adaptarse a ella. Es el hombre, a través de una libertad mal entendida, el que quiere construir su vida. Este es un choque brutal con el sentido religioso de la vida. No es el hombre el que va a definir la realidad de lo que es el hombre o lo que es la familia o que es el matrimonio. La libertad, no es un fin en si mismo, es un medio para descubrir la verdad, para construir un proyecto de vida.
Desde mi vida consagrada como diácono permanente, quiero servir al Señor desde su Iglesia, a re-descubrir la originalidad de la vida, que está siempre en Jesucristo, no en movimientos sociales o partidos políticos, por nombrar sólo algunos. Todas las ideologías, a lo largo de la historia de la humanidad, han sido superadas. El tener a Cristo como el rector de tu vida o no tenerlo, es lo que marca la verdadera diferencia en este mundo”.