Inspiradora homilía dedicada al Pbro Carlos Suárez, en su primera misa: “Cada sacramento que presidas y celebres, será el triunfo de la gracia de Dios en el corazón de las personas”
Inspiradora homilía dedicada al Pbro Carlos Suárez, en su primera misa: “Cada sacramento que presidas y celebres, será el triunfo de la gracia de Dios en el corazón de las personas”
10 Enero, 2023 Los comentarios están deshabilitados en Inspiradora homilía dedicada al Pbro Carlos Suárez, en su primera misa: “Cada sacramento que presidas y celebres, será el triunfo de la gracia de Dios en el corazón de las personas”Queremos compartir con nuestra comunidad de Quilpué, el inspirador y sentido mensaje ofrecido por el párroco de nuestra parroquia, pbro Jorge Romero, al recién ordenado sacerdote, presbítero Carlos Suárez, en su primera misa oficiada el sábado 7 de enero, en la Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y Maria”.
El texto es el siguiente:
HOMILIA PRIMERA MISA PBRO. CARLOS SUÁREZ CORAIL.
Parroquia SS.CC. de Jesús y María Quilpué.
Apreciados hermanos en el Señor.
Aún resuena la alegría de la Navidad en nuestros corazones, Buena noticia para la humanidad: un Salvador nos ha nacido, Jesucristo el Señor. De esto, los primeros testigos, los pastores; luego los reyes magos, tal como nos relatan los textos bíblicos. Han encontrado al Sol de Justicia quienes han sido guiados por la luz de la estrella. He aquí la alegría mesiánica de un pueblo que esperó por siglos el cumplimiento de la promesa divina. Esa misma esperanza es de la que nos gozamos con la ordenación sacerdotal del ahora padre Carlos y sus compañeros sacerdotes.
Esto no ha sido la espera cronológica del pasar de los años formativos, pues ¿quién está suficientemente preparado para recibir el sacramento del orden? Este sacramento que nos configura de especial modo con Jesucristo Sacerdote, buen pastor, en la conocida triple dimensión profética, sacerdotal y real del mismo Señor. Así es. Padre Carlos, estás llamado a ser signo sacramental en la comunidad eclesial. Tu ministerio no es una simple representación, ni tampoco una misión delegada por la comunidad. Es un signo sacramental, es decir, real y eficaz, debes producir lo que este sacramento recibido significa.
1.- Padre Carlos, mira al profeta Elías, al gran profeta Elías que, obediente al Señor, anticipó la dimensión profética de Jesucristo, quien, clamando a Yahveh por el hijo de una viuda, le devuelve la vida. Así es, tu misión será resucitar a los muertos a la gracia de Dios por la predicación de la Palabra. Tendrás que empaparte del Espíritu del Señor y dar vida a los huesos secos, vencer la idolatría al dios Baal contemporáneo, es decir, la ideología de género, la superstición, el agnosticismo, la indiferencia religiosa y todo aquello que se oponga al reconocimiento del único Dios verdadero. Elías se enfrentó a cuatrocientos cincuenta profetas de Baal en el monte carmelo, sede dedicada con el correr del tiempo a distintas deidades antiguas, obteniendo una victoria no aferrada a la cantidad, él estaba solo, sino aferrada a la fe en el único Dios existente y verdadero. No busques la popularidad ni la aceptación de la multitud, predica a tiempo y a destiempo, siendo fiel al mensaje cristiano. Esto te podrá significar grandes incomprensiones, incluso soledad, como Elías, pero recuerda siempre que Dios estará contigo. En Él serás victorioso.
2.- La dimensión sacerdotal de Jesucristo que estás llamado a ejercer, se cristalizará de modo excelente en la celebración eucarística con amor y devoción. Claramente, cada sacramento que presidas y celebres, será el triunfo de la gracia de Dios en el corazón de las personas. No caigas en la tentación de oponer trabajo pastoral a celebración sacramental. Toda la acción pastoral debe llevarnos a la celebración sacramental, principalmente de la Eucaristía. Es ahí donde la dimensión sacerdotal de Jesucristo llega a su culmen y, por tanto, expresión de la mayor y más profunda unión de las personas con Dios. ¡Nunca serás más sacerdote que, cuando celebres la Eucaristía!
Padre Carlos, muchos vendrán a ti pidiéndote el pan de la Eucaristía. Resonarán en tus oídos las palabras de Jesús: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna…”; “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida…” Dales siempre de ese pan, sólo en él encontrarás sentido a tu ministerio sacerdotal. Si algún día viene la tentación del abandono, vuelve a esta fuente siempre pura y revitalizante para la vida del cristiano y particularmente del sacerdote.
Del mismo modo, en la celebración de la Reconciliación, has de mostrar siempre el rostro misericordioso del Padre. Con el penitente, celebra este maravilloso sacramento que por la gracia de Dios perdona y sana el alma herida. Muéstrate compasivo y diligente, firme y caritativo; recuerda que no sólo serás confesor, sino penitente al mismo tiempo.
¿Qué significa hoy que el pastor tenga olor a oveja? Significa que deberás conocer a los fieles encomendados a ti, su mundo vital, sus esperanzas y temores. Pero, no sólo debes tener olor a oveja para ser buen pastor. Deberás tener también olor a incienso el que mana de Jesucristo Dios verdadero. Así es, en el contacto con él, el olor a incienso será signo inequívoco de que buscas ser buen pastor según el Corazón de Dios para las ovejas a ti confiadas. De estos olores brotará de tu persona sacerdotal el suave aroma de Cristo.
3.- Pilato preguntó a Jesús en el pretorio: “¿Eres tú el rey de los judíos? …mi reino no es de este mundo…” respondió Jesús. Así es. Jesús es Rey, pero no al modo humano, sino al modo divino. En la cruz reinará Jesús, he ahí su trono, su altar, Él la víctima.
La dimensión real de Jesucristo has de vivirla a Su modo, tal como nos dio ejemplo: lavando los pies, curando los enfermos, partiendo el pan, dando vida. Padre Carlos, la autoridad espiritual que has recibido deberás ejercerla en un mundo complejo, que no entiende de servicio ni deberes, sino sólo de protestas y derechos, de crisis de identidad y de fe, de disolución de la verdad en pro de una seudo comunión entre las personas. Ejerce tu ministerio como un verdadero servicio de libertad y responsabilidad, de fraternidad y conducción, de oficio con humildad.
Para la comunidad serás pastor, no diluyas esta tarea, tú representarás a Cristo entre tus hermanos, labor que desarrollarás en nombre y bajo la autoridad de Jesucristo, en comunión con tu obispo y hermanos sacerdotes, diáconos y agentes pastorales. Esta tarea no es tuya, es tarea de la Iglesia que se te confía y de la cual tendrás que dar cuenta como buen administrador de los dones de Dios.
Finalmente, contarás con el auxilio de María madre de los sacerdotes de quien eres ahora un hijo predilecto. Te has ordenado un primer sábado del mes de enero, dedicado al Inmaculado Corazón de María. Eso no es fruto del azar, sino de la Providencia divina. Ella marcará tu ministerio, como lo ha hecho desde que eras pequeño y asistías a este mismo templo a las celebraciones y diversas actividades pastorales en las que participabas. A ella le encomendamos tu ministerio sacerdotal.
Pedimos la intercesión de los santos sacerdotes para tu vida pastoral, san Carlos Borromeo, el santo cura de Ars, el padre Pío de Pietrelcina, San Juan Pablo II y también del recientemente fallecido Benedicto XVI.
A Jesucristo sacerdote eterno que nos hace partícipes de su único sacerdocio, el honor y la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.